La Consagración
Pstr. Andy Dasilva
Venimos escribiendo sobre las restauraciones que Dios está haciendo para el cierre de la era de la GRACIA; en la edición anterior vimos que El Tabernáculo es una fuente para extraer el camino que debemos recorrer como pueblo de Reyes y Sacerdotes, revelando que Dios juntamente con su iglesia ha restaurado hasta la Santa Unción que es ser bautizados en El Espíritu, con esto, se entró en el mover de los dones del Espíritu (el bautismo del Espíritu, don de sanidad, don de milagros, don de lenguas e interpretación de lenguas, don de profecía, don de discernimiento de espíritu, etc.) después de este punto viene el sacrificio de consagración; sería interesante que detalláramos esta parte del recorrido, porque parece que es crucial para entrar en la última etapa, para que la iglesia habite en El Lugar Santo, lugar donde se nos deja ver la voluntad de Dios hoy y así movernos en ese sentido, la iglesia de los inicios caminó con poder (Hch 1.8) porque moraba en ese lugar.
En los sacrificios de consagración (Ex 29.1-37) los animales representaban al que lo ofrecía, en este caso, el que se consagraba, el animal es cortado en pedazos y cada pedazo es quemado sobre el altar del holocausto hasta convertirse en cenizas, la cabeza representa: nuestra voluntad, pensamientos, razonamientos, filosofías, ideas, argumentos, proyectos, metas , sueños, habilidades, autoridad, entre otras, las cuales deben ser puestas bajo la potestad y voluntad de Dios con el propósito que EL pueda establecer en nosotros la mente de Cristo (Ef 4.22-24), las patas delanteras o las manos son quemadas, esto representa que las cosas que antes hacíamos podamos ahora destinarlas para el Reino del Señor, las patas traseras representan nuestras piernas que las usamos para caminar , así que,debemos caminar en las obras que Dios a destinado para su pueblo, las vísceras que representa nuestro interior, deben salir a la luz de Cristo para ser limpiadas, sanadas y restauradas para ser personas nuevas, todo lo viejo debe ser quemado para que Jesucristo sea establecido en nuestro interior. Con la sangre del segundo de los dos carneros sacrificados, se unta el lóbulo de la oreja derecha esto nos indica que la persona consagrada deberá destinar sus oídos solo para escuchar las cosas de Dios y no para las cosas del mundo, luego se unta el pulgar de la mano derecha, lo que nos indica que toda labor u oficio debe ser dedicada al Señor y por último se unta el pulgar del pie derecho lo que nos indica que nuestro caminar debe ser por los senderos del evangelio de Jesucristo sin desviarnos ni a la izquierda ni a la derecha. Esta etapa del camino vivo, debe ser tomada muy en cuenta de manera seria por parte de la iglesia, porque esto nos lleva a ser verdaderamente pueblo de Dios y desarrollar una perfecta relación de PUEBLO-DIOS Y DE DIOS.-PUEBLO (Jn 17).
En la mayoría de los casos, cada comienzo de una era en la Biblia tiene una antesala: antes de la formación del hombre Dios creó el nicho para ponerlo, antes del diluvio, cuando Noé, se hizo el arca; antes constituir Dios a su pueblo (Israel) Dios llamó a Abraham, antes que viniera Cristo apareció Juan el Bautista y antes que venga Jesucristo por segunda vez vendrá LA MANIFESTACIÓN GLORIOSA DE LA IGLESIA; en tal sentido es necesario que el pueblo de Dios se consagre totalmente para alcanzar esa GLORIA que depende de la provisión que EL mismo debe dar, ya que EL es quien perfecciona su obra. Entendiendo que ya no tenemos libre elección, sino, somos siervos del Señor: debemos adorar en espíritu y verdad, debemos abandonar por completo el sistema del mundo, debemos seguir la palabra en su contexto real, debemos edificar la iglesia con materiales de Dios, debemos abandonar todo prejuicio, debemos abandonar todo vestigio de religiosidad y establecer la vida de Jesús en nuestras vidas, debemos buscar el vínculo perfecto que es la unidad en amor; no se debe obviar ningún detalle, cada integrante del pueblo debe ser tomado en cuenta con mucha diligencia para ser perfeccionados: los niños, los adolescentes, los jóvenes, los padres, todos de manera integral y mancomunada deben incorporarse para alcanzar la armonía requerida de esa Iglesia que Dios está edificando.
Escuchemos a Dios y sigamos su plan, no nuestros planes; todo aquello que suplante la voluntad puntual de Dios y todo aquello que obstaculiza su obra debe ser erradicada, ¿Como sabemos esto? Cuando establecemos sistemas que no nos llevan a desarrollar una verdadera comunión con el Señor y todo aquello que evita que seamos efectivamente uno con Dios lo cual nos llevará a ser uno con todos los de la casa, la gracia del Señor debe abundar para el crecimiento espiritual no debemos desarrollar la ley de la letra sino la del Espíritu. Estamos a la puerta de un gran avivamiento que no se traduce en número de creyentes sino en creyentes consagrados, es decir, si en la congregación hay 30 personas deben ser 30 consagrados y si hay 3000 deben ser 3000 consagrados, nada hace Dios con muchas personas viviendo cada quien a su manera, Él los quiere viviendo a la manera de Él.
Gloria a Jesucristo en las alturas. Hasta la próxima edición.
Excelente visión de Reino
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